Yeguada Latinoamericana de Cheril Linett. Acciones, archivo y escrituras críticas (2017-2021)

ALIWEN & LUCY QUEZADA
Editoras

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Ensayo y documental
1a ed. (2021)
268 p.: 15x21 cm

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Iustraciones
Hernán Lazo Vega
Maquetación y diseño
Felipe Román
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Textos

Cheril Linett, Amilcar Borges de Barros, Daniela Catrileo, Jennifer Concha, Lucía Egaña, Alejandro de la Fuente, José Carlos Henríquez, Kütral, Silvio Lang, Ivón Figueroa Taucán, Lucy Quezada, Sayak Valencia y aliwen
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Fotografías

Catalina Ávila, Valeska Flores, Frente Fotográfico, Juan Hoppe, Nicole Kramm, Juan Pablo Miranda, Mulük, Lorna Remmele, G Del Río, Diego Reyes Vielma, Cris Saavedra, Silvestre, Gonzalo Tejeda, Andrés Valenzuela Arellano y Paz Villarroel

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«Es un día de protesta feminista en Santiago. Podría ser mayo o junio. La Yeguada Latinoamericana merodea entre la gente. Yo y otras las seguimos. La invitación a acompañar en esta acción tiene que ver con el registro fotográfico ―para algunas de las acompañantes―, pero también con otro tipo de registro, pienso hoy, luego de un año. Mi seguimiento a la Yeguada lo detona el deseo de escritura de este texto, el deseo de registro ante una acción que me interpela y me sujeta a su imagen. Es también la insistencia crítica que este grupo de cuerpas activa. No es sólo esta performance. Cuando decido estar ahí ese día y seguir, acompañar, me percato del imaginario propio de la Yeguada que me he construido; estas colas tienen la estela de yegua pero también la de las mujeres y disidencias violentadas que han activado las acciones colectivas anteriores de Cheril Linett y sus compañeras.
De vuelta a casa, por la tarde, me doy cuenta que la imagen de la Yeguada de ese día estuvo replicada en cientos de sitios web. Desde portales de importantes diarios y revistas hasta cuentas de Instagram de memes. Miles de comentarios. Reflujo de una imagen incontables veces multiplicada. Me impacto y pienso en la escena que yo misma vi. Gente agolpada sobre los cuerpos de las yeguas mostrando su cola frente al guanaco, gente queriendo registrarlo todo, gente que ya sabía lo que estaba ocurriendo, que conocía esas colas, que sabía de esas acciones disruptivas. Todos mudos viendo cómo estas cuerpas impedían que esa máquina siguiera avanzando. Cómo ―además de eso― se mostraban, sin miramientos, sin dudar, rebosantes en su osadía frente al orden.
La peformance inscrita como acción en el espacio público suele irrumpir la normal circulación del lugar elegido; suele mostrarnos una maniobra práctica de unos cuerpos que en dis- tintos niveles hacen operar una poética. Las acciones de Cheril Linett y compañía insisten en la desestabilización, en la desnaturalización. Pero su insistencia irrumpiendo en determinados hitos genera que esta desestabilización sea apuntalada. Existe en estas acciones un correlato, una gramática particular, una narrativa no lineal, fugada. No son acciones aisladas, las preceden y las ante- ceden, se conectan con nuevos sentidos de lo estético, lo político y lo artístico en cada nueva irrupción. Son ataques directos al orden policial, a las iglesias genocidas y coloniales, al patriar- cado como caldo de cultivo de nuestras más nefastas prácticas. Son también actos de señalamiento y denuncia a la violencia machista y especista; no son mujeres ni animales: son yeguas.»
Lucy Quezada